Dentro de la cerámica japonesa de Tokoname emerge la figura de Shibayama Saburō y su horno Futōan, intrínsecamente ligados al prestigioso concepto de Hisoku (秘色). Lo que comenzó como un "hobby" para el presidente Shibayama en la creación de macetas para bonsái, floreció en una producción de piezas de una calidad excepcional y un valor extraordinario, inspiradas en la legendaria cerámica imperial china.
Shibayama Saburō y el horno Futōan, una tradición de excelencia
Originalmente, el horno Futōan, bajo la dirección de Shibayama Saburō, se especializaba en la fabricación de jarrones. Fue la pasión personal de su presidente la que lo llevó a incursionar en el mundo de las macetas para bonsái. Este pasatiempo, lejos de ser una producción menor, se caracterizó por su cuidadosa elaboración y la singularidad de sus esmaltes. El color suave y de tono claro de sus esmaltes era particularmente apreciado por los seguidores de su trabajo.
Shibayama Saburō se destacó en la creación de macetas poco profundas y en bandejas de agua. Sus piezas eran conocidas por ser extraordinariamente caras dentro de las macetas de Tokoname, lo que reflejaba su alto valor y la demanda entre los coleccionistas. Aunque hoy en día no son fáciles de encontrar, sus obras aparecen ocasionalmente en círculos de aficionados, convirtiéndolas en piezas muy codiciadas.
Además, Shibayama Saburō fue un maestro en la producción de macetas de gran formato. El propio horno Hisoku sigue en funcionamiento, habiendo construido una moderna fábrica hace más de diez años y manteniendo su prosperidad actual.
Hisoku (秘色) un homenaje a la exclusividad imperial
El nombre Hisoku, que significa "Color Secreto" o "Esmalte Secreto", tiene profundas raíces históricas y culturales que Shibayama Saburō adoptó para su horno. Este término se refiere a un famoso horno en China durante el período de las Cinco Dinastías.
Las cerámicas de Hisoku eran célebres por su esmalte celadón, de un distintivo color verde azulado. Lo que las hacía verdaderamente especiales era su exclusividad: no se vendían en el mercado general, sino que eran "productos de ofrenda" destinados únicamente a la corte imperial o la alta nobleza. De esta restricción de acceso surgió el evocador nombre Hisoku.
La reputación de estas cerámicas trascendió las fronteras. Durante el periodo Heian en Japón, fueron importadas y atesoradas como objetos preciosos. Tal era su prestigio que Hisoku se convirtió en sinónimo de celadón y su fama se inmortalizó al ser mencionadas incluso en la obra cumbre de la literatura japonesa, "El Genji Monogatari". La elección de este nombre para el horno de Shibayama Saburō es un claro indicativo de su aspiración a la misma calidad, refinamiento y estatus para sus propias creaciones.
Obras notables de Shibayama Saburō
La maestría de Shibayama Saburō se manifiesta en la diversidad y calidad de sus piezas, cada una con su propia historia y encanto.
Esta es una bandeja de agua típica del horno. Su coloración suave y homogénea, con esmalte color azul lapislázuli, imita muy bien las antiguas cerámicas chinas, siendo una obra de excelente calidad.
Una maceta que alberga un majestuoso ejemplar de Zelkova de 68 cm de altura. Originalmente esmaltada en color blanco, ahora parece más un esmalte tipo soba o trigo sarraceno, probablemente debido al paso del tiempo y a la pátina que le ha conferido un color antiguo y un encanto especial. La combinación de este viejo árbol de Zelkova estilo escoba (hokidachi) con la maceta es exquisita, complementándose a la perfección.
Referencias:
- Libro ilustrado de macetas para bonsái. Volumen 2.
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